
Existen numerosos puestos de trabajo en los que la exposición a temperaturas extremas es ha¬bitual. Si bien es cierto que en aquellos que se realizan en el interior, como por ejemplo los que se desarrollan en cámaras de frío, los trabajadores/as suelen ir perfectamente equipados para sopor¬tar las bajas temperaturas, en el exterior las condiciones climáticas adversas no se suelen tener en cuenta y de la misma forma pueden influir gravemente en la salud y la seguridad del trabajador.
La exposición laboral a temperaturas extremas no es algo externo y ajeno a la empresa. Por tanto, no se puede escudar en que “son situaciones imprevisibles ante las que no se puede hacer nada”. Son condiciones de trabajo que hay que tener previstas y por supuesto correctamente evaluadas e incorporadas a la gestión preventiva de las empresas.