
El sector ha evolucionado y en los últimos años se está profesionalizando cada vez más. Es necesaria una formación muy técnica para desarrollar tareas de tanatopráctica o tanatoestética, por ejemplo. Sin embargo, el conocimiento relacionado con la prevención de riesgos laborales no está suficientemente extendido entre las empresas funerarias, lo que hace que no siempre se cuiden de forma adecuada las condiciones de trabajo que afectan a estos profesionales. Y los vivos, merecen el mismo respeto, mimo y cuidado que el que trabajadores y trabajadoras del sector dan a nuestros muertos.
Conseguir unas condiciones de trabajo dignas y saludables en el sector funerario es una lucha que CCOO persigue desde hace tiempo. Sin embargo, salvo en el caso de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid, las empresas funerarias carecen de un convenio colectivo a día de hoy que regule los mínimos necesarios para que dichas condiciones de trabajo sean correctas (categorías y grupos profesionales, tareas, jornadas, turnos, salarios,…). Todo ello íntimamente relacionado con la generación de distintos riesgos laborales.