En el ámbito de la prevención de riesgos laborales, uno de los temas que más preocupa es el de los llamados “riesgos emergentes”, que son aquellos riesgos que no existían con anterioridad, que pueden ser provocados por razones diversas como son los avances tecnológicos, y que día a día van en aumento y provocan cambios sustanciales en la sociedad. Precisamente, dentro de este tipo de riesgos, nos encontramos con los que pueden aparecer si estamos ante un escenario de exposición a nanomateriales.
Estos nuevos materiales, con unas propiedades muy singulares, se utilizan cada vez más en campos como la ingeniería, la medicina, la farmacia, el medio ambiente, la producción de energía, etc. y cada vez hay más productos con nanomateriales en su composición, por lo que es creciente la preocupación por los posibles efectos que puedan tener sobre la salud. La realidad es que las nanopartículas están presentes ya en el medio laboral sin que dispongamos aún del conocimiento necesario para la gestión de la prevención.
Y en efecto, uno de los mayores problemas con el que nos encontramos en la actualidad es el del gran desconocimiento de los efectos que esta nueva tecnología tiene sobre la salud de los trabajadores y trabajadoras, y una muestra de ello es la limitada información que hay al respecto sobre los riesgos y la posible peligrosidad de estas sustancias.