
A pesar de los importantes avances que se han dado en el camino de la igualdad, de los avances en la legislación, del alto nivel de formación de las mujeres de las últimas generaciones, de su paulatina incorporación a la actividad laboral, la realidad sigue reflejando importantes discriminaciones socia¬les y laborales hacia las mujeres, y la referida a la prevención de riesgos laborales es una de ellas.
Para que se haga efectivo el derecho a la igualdad de oportunidades, al trabajo y a la salud laboral hace falta que nos situemos en las políticas “sensibles al género”. Es decir, es necesario que se analicen las desigualdades de género en las condiciones de trabajo, en la exposición a los riesgos laborales y en la salud, y que las prácticas de prevención den respuesta a estas. Las prácticas sensibles al género son las que nos permitirán mejorar las condiciones de trabajo y de salud de las mujeres y de los hombres. Para conseguir este objetivo es necesario abordar adecuadamente la salud de las mujeres y de los hombres y tener en cuenta, entre otros, los determinantes sociales y aquellas desigualdades que, por injustas y evitables, deben ser objeto de actuación de los poderes públicos y de las empresas. Sin olvidarnos que la lucha por la igualdad es cosa de todas y de todos.
Por ello, es importante investigar, recoger y difundir información sobre las desigualdades por razón de género en general, y las relacionadas con la prevención de riesgos laborales en particular.
Este estudio nace con esa intención. No es el primero que hemos llevado a cabo desde la Secretaría de Salud Laboral de CCOO de Madrid con los mismos o similares propósitos. El objeti¬vo, en esta ocasión, es hacer un seguimiento de las mejoras alcanzadas y hasta celebrarlas. Pero también, evidenciar y denunciar las deficiencias que siguen ocurriendo, con el claro objetivo de continuar avanzando.